28 de septiembre de 2007

El amor del alma por su tierra


En el amor del alma que se encanta con su tierra nace la fortaleza del espíritu; lamentablemente en las grandes ciudades, se pierde el contacto con la naturaleza.
En esta maravillosa Isla de Chiloé, aun quedan bosques y mares, amables pescadores y gente sencilla que nos brinda su amor a cada instante. Aún podemos respirar y extasiarnos con el aroma de añosos arboles y sentir la brisa marina empapar nuestros rostros, que se pierden en la inmensidad del oceano (que nada tiene de Pacífico).
Aun quedan Islas en el mundo, con las cuales encantarnos.

1 comentario:

Polvorilla dijo...

Brindo por tu tierra y por que la puedas disfrutar muchos años, no permitáis que os lo estropeen.
No sabes cuanto me alegra saber que existen personas como tú que saben valorar a las personas sencillas, de largo son las mejores y de las que solemos aprender más.

Un abrazo fuerte para toda la isla.