24 de junio de 2008

Oración para que no me olvides


Yo me pondré a vivir en cada rosa
y en cada lirio que tus ojos miren
y en todo trino cantaré tu nombre
para que no me olvides.

Si dormida caminas dulcemente
por un mundo de diáfanos jardines,
piensa en mi corazón, que por ti sueña,
para que no me olvides.

Y al contemplar llorando las estrellas
se te llena el alma de imposibles,
es que mi soledad viene a besarte
para que no me olvides.

Yo pintaré de rosa el horizonte
y pintaré de azul los alelíes
y doraré de luna tus cabellos
para que no me olvides.

Y si una tarde en un altar lejano,
de otra mano cogida, te bendicen,
cuando te pongan el anillo de oro
mi alma será una lágrima invisible
en los ojos de Cristo moribundo,
para que no me olvides.

Oscar Castro (Chileno)

18 de junio de 2008

"El ser no se confunde con el tener o el hacer"


Cuando nos dejamos abatir por la angustia o el dolor, creemos que no hay salida a nuestros problemas. Abrimos nuestras defensas y quedamos literalmente expuestos a mayores desgracias. Esto se vuelve un círculo vicioso que puede terminar con la aniquilación del ser.

El verdadero enemigo del guerrero se encuentra agazapado en su interior.

Quiero compartir estas lineas escritas por un hermano del alma, un verdadero guerrero, con quien experimenté en nuestra juventud, junto a un gran Maestro, la maravillosa aventura de descubrirnos a nosotros mismos.


"El guerrero no confunde lo que ha vivido con lo que él "es"; no se identifica con su historia personal porque su ser esencialmente es mucho más que lo que ha pasado en su vida y cuando se enfrenta a una llamada "desgracia", trabaja hasta descubrir que aquella nunca tocó su esencia de ser, que el espíritu no fue afectado. No se aferra a su imagen de sí mismo, a una falsa identidad construida a través de un proceso mecánico e inconciente. No se vuelve adicto a una única autodefinición, y por eso ensaya cambios en su nombre, por eso constantemente modifica con metáforas la narración de lo que es y de lo que hace. Nunca confunde su ser con su nombre -que fue impuesto por otros-, o con su profesión, su rol social, sus cambiantes estados de ánimo, o con sus dolores, errores o angustias favoritas. Un guerrero vive sus experiencias; jamás permitirá "ser vivido" por ellas: no las carga más allá de lo necesario, para tomar de ellas lo que tiene que tomar".

Autor: Ziley Mora Penroz, Filósofo creador de la Ontoescritura.