En el amor del alma que se encanta con su tierra nace la fortaleza del espíritu; lamentablemente en las grandes ciudades, se pierde el contacto con la naturaleza.
En esta maravillosa Isla de Chiloé, aun quedan bosques y mares, amables pescadores y gente sencilla que nos brinda su amor a cada instante. Aún podemos respirar y extasiarnos con el aroma de añosos arboles y sentir la brisa marina empapar nuestros rostros, que se pierden en la inmensidad del oceano (que nada tiene de Pacífico).
Aun quedan Islas en el mundo, con las cuales encantarnos.
En esta maravillosa Isla de Chiloé, aun quedan bosques y mares, amables pescadores y gente sencilla que nos brinda su amor a cada instante. Aún podemos respirar y extasiarnos con el aroma de añosos arboles y sentir la brisa marina empapar nuestros rostros, que se pierden en la inmensidad del oceano (que nada tiene de Pacífico).
Aun quedan Islas en el mundo, con las cuales encantarnos.
1 comentario:
Brindo por tu tierra y por que la puedas disfrutar muchos años, no permitáis que os lo estropeen.
No sabes cuanto me alegra saber que existen personas como tú que saben valorar a las personas sencillas, de largo son las mejores y de las que solemos aprender más.
Un abrazo fuerte para toda la isla.
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